viernes, marzo 23, 2007

SIN ROSTRO, SIN MIRADA...

Recuerdo hace algunos años, en el 2003 creo, cuando visitó el país el prof. Bernard Aucouturier, visitó al Mercado Modelo y se encontró que las muñecas tradicionales de nuestro país carecían de rostro, de mirada... de ese encuentro, de esa conversación salió un texto, una pincelada desde mi alma...

Gracias
Viejo maestro francés
por hablar de las muñecas sin rostro
de mi tierra
perdidas de mirada y de reflejos

Vino el descubrimiento un día
caminando por las calles agrietadas
entre el olor a perfumes y frituras

La inconstancia de la forma
El espejo inexistente
inexplorado
que buscaba algún recuerdo
esencias de un pasado ya borrado
las viejas imágenes olvidadas
el desperdicio de lo humano
la soledad de estos gritos ya callados
a fuerza de nacer sin labios
la evasión de los hechos
la cuenca de estos ojos ya sin lágrimas
la mueca de la forma
debajo de este monstruo sin rostro
que deforma la existencia
que se vende en las vitrinas
y se esconde en nuestra historia
olvidada... jamás contada.


Y es triste contar una historia que no tiene ojos, que no tiene miradas... de acuerdo con mi buen amigo Winnicott, con Wallon, con Stern y otros tantos, cuando nace el infante no hay una forma concreta... nacemos de agua hacia el aire, de ser dependientes a comenzar un proceso de desarrollo porque los humanos es la única especie que nace incompleta... nacemos y debemos de adaptarnos... el cuidador o la "madre suficientemente buena" nos dan forma... con la simpleza de la alimentación, el sostén, cambiar el pañal le dan nombre al cuerpo de ese infante, lo crean... la criatura crece por y a través de la mirada del otro que le devuelve su imagen... nos construimos por y con el otro... todos nacemos con un cuerpo, a pesar de no saber a ciencia cierta como usarlo... la incoordinación es nuestro primer dilema... el otro con su hacer y su manipulación sobre mi forma me crea un cuerpo... la imagen corporal que se refiere a cómo me siento yo con este cuerpo, cómo me siento conmigo...


Recordar esa noche... saberme dominicana y amar tanto este pedazo de azul y verde... y saber que no tenemos rostro... que aunque la muñeca fuera creada como un espacio de sincretismo racial... el símbolo es fuerte... no tenemos rostro, no tenemos ojos... nuestra identidad es muy pobre... el racismo es parte del tuétano del diario vivir del dominicano... el pelo bueno (lacio) contra el malo (crespo), el ser indios (declarado color por Trujillo) porque desde siempre la historia ha sido blanquearse... y es mucho más que la cuestión de si Amnistía Internacional es justa o injusta porque también se cometen abusos contra mexicanos, dominicanos, colombianos, irakies... el tema aquí es excarvar la cuenca de cada uno... descubrir los ojos propios y vernos a pesar del dolor... son muchos años de historia, de querer blanquearnos, y como escribiera Carlos Dore el otro día, la Oralidad de nuestro Patrimonio Cultural declarado por la Unesco, corresponde a lo que la gran mayoría niega: La Cofradía del Espíritu Santo, los Guloyas... porque ser negro en dominicana es un delito... los publicistas siempre buscan el modelito que no corresponde a nuestra realidad... y es triste y doloroso... nuestro rostro es una cara confusa... el movimiento de nuestras caderas (tema de otro post pendiente) no nos permite la pausa, detenernos, profundizar... hace bien no reaccionar y buscarnos los ojos... identificarnos con lo que somos... más allá del color, del papelito ese de nacionalidad... somos seres humanos, todos iguales nos morimos, la carne siempre se pudre... poder traspasar y aceptar lo que somos, el yin y el yang, nos hace completos...

Somos un estado fallido y eso duele, porque las raíces duelen... pero pretendemos con nuestras tres calles ser algo más, pretendemos con los letreros lumínicos de las calles llenas de hoyos que todo está bien... hay que ser valiente para sanar las heridas... para verlas... para saber que sí somos racistas y que renegamos de nuestras raíces... duele, pero nadie dijo que iba a ser fácil...

Me quedo con una de las últimas imágenes de Te doy mis ojos, de Icíar Bollaín, una muñeca de Limé, dominicana y sin rostro en el estante de la casa... ella (Icíar, por lo que he escuchado ama a este país) y la trama de la película es cruda... te doy mis ojos... aquello con lo que me apropio del mundo... es interesante ver la muñeca en un estante... ojalá se pueda romper el simbolismo y cada uno desde su lugar poder verse en el espejo, reconocerse y aceptarse...


Foto de Google Images, Muñeca de Limé, artesanía dominicana.

9 comentarios:

maite dijo...

hace unas dos semanas vi "te doy mis ojos", fiel reflejo de la realidad del agresor, dejando aparte la temática, me quedo con las interpretaciones de todo el reparto, y las sesiones del grupo de terapia.

un beso guapa

Rosalina dijo...

Qué fuerte Patricia! No volveré a mirar una muñeca Limé con los mismos ojos.

Rosalina dijo...

No volveré a mirar una muñeca Limé con los mismos ojos.

klau2 dijo...

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"El lado obscuro de mis latidos"
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http://www.klau2.blogspot.com
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Anónimo dijo...

Mirarnos con los ojos de los demás, a través de sus pupilas gastadas, es una asignatura que aún tenemos pendiente y, hata que no la dominemos con notable, no seremos del todo humanos.
Besos.

Mariano Zurdo dijo...

Me llegó tu abrazo y te mando otro rozando el atlántico para que te llegue fresquito.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

en términos simmbólicos: una mujer sin rostro es quien no tiene derecho a ser persona (máscara); es quien no tiene derecho a expresarse, a realizar su vida con libertad, a cumplir un rol en la sociedad.

MentesSueltas dijo...

Gracias por compartir mi nuevo espacio de imagenes muy personales.

Te espero suempre en Pictóricas Internas.

Dejo un abrazo desde Buenos Aires.

MentesSueltas

Anabelle dijo...

que bueno es encontrarse con gente que le entiendan a una. Me llegó bastante. Un abrazo.