martes, abril 17, 2007

Donde el lector convendrá en que a rose is a rose is a rose__


Raro, super raro en mí, con gripe, con una semana en la que todo se reacomoda... la agenda no sirve mucho en estos días, así que me dejo flotar en el agua... como medité en la noche, mi sistema nervioso está encendido... no tengo sueño, pero estoy cansada, emocionalmente cansada... muchas cosas han saltado en esta semana en la consulta, buenas, malas, medias... así que abro un libro y como me gusta jugar le pregunto al Universo... qué debo de esperar en este momento de mi vida?... y así Julio, junto con Carol, en Los autonautas de la cosmopista me susurran...

Cuántas veces, bajo el efecto de la sorpresa, se pierde la verdadera sorpresa que ésta encierra? Es lo que quizá nos sucedió hoy delante de la recepción del motel del paradero de Beaune, donde alguien a quien sin duda no veremos jamás ha cultivado rosas de formas perfectas y de colores deslumbrantes. Cómo decir un color que se extiende sobre los pétalos como si fuera la cosa más natural del mundo, y que es a la vez textura, consistencia, luz y sombra, calor que no impide que una suerte de certidumbre de frescura domine el conjunto? Inútil explicar que las más asombrosas eran de un color que habría que situar entre el rojo y el rosa, dosificando cuidadosamente las ligeras gotas de naranja que realzaban su luminosidad; pues incluso si el lector lograra por un azar delirante una visión mental de ese tinte, le faltaría el aterciopelado a la vez pesado y transparente que parecía sostener el desafío de darse tranquilamente allí, a unos cientos de metros de la autopista, de sus ruidos, de sus ritmos y de sus gases de combustión. No se podía hacer otra cosa que quedarse ahí, entregarse a la sed de ese calor, de esa textura, sorprendidos al comprobar que una emoción semejante puede nacer todavía de una flor, y sintiéndonos un poco tontos al no tener otra posibilidad de reacción que la de decir oh, qué hermosura. Y encaminarnos al cuarto del motel, llave en mano.

Pero quién nos dice que ese color, que es un sorpresa en sí misma, existe únicamente para alejar al espectador, por la sorpresa misma, de otra cosa, de una clave oculta en el interior de los pétalos, una belleza aún más grande protegida por un peldaño inferior del mismo fenómeno? Esa última mirada, no hubiera debido excitar todavía más nuestra sed, en vez de saciarla? O hay que aceptar ese género de belleza tal como se presenta, como si nada pudiera sobrepasarla? No sabremos nunca si esa flor perfecta ocultaba una segunda todavía más maravillosa. Y no siendo botánicos, nos hubiera sido imposible ir a ver sin destruir lo que se nos había ofrecido como un placer gratuito e inesperado.

O sea que la seña es un guiño de ojos del Universo... el símbolo y el su significado.. entre las galleticas Oreo creo que alguien que anda por ahí, pululando con las hadas y los ángeles se ríen a carcajas... ay papá!!!

Foto de Google Images.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y que cada vez haya mas alergicos a las rosas, y a las flores en general...
La verdad que una rosa siempre será una rosa. y a pesar de su hermosura yo ya me he pinchado en varias ocasiones con alguna espina...
Abrazos

luima dijo...

Florecita , yo creo que tu estas enamorada. Esta inspiracon constante tuya me teien sorprendido.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

el rojo suele respirar por su cuenta en nuestro pecho.

klau2 dijo...

y desde otro mundo infinito, distinto, similar o incluso del mismo tuyo


te digo que no te olvides...



...
DÍA DE LA TIERRA
22 de Abril
.
.
http://www.klau2.blogspot.com
.