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Hace días que ando cansada, porque las instancias asumen que es un final, un principio, al final de cuentas, una transición... pasajes hermosos que nos traen diversos sentimientos... y por aquí ando, sin muchas ganas de escribir de manera pública, aunque el cuaderno con el corazón en la tapa esté lleno de sueños, garabatos y tinta... aunque lo que más me apasiona no deja registro, externo, se vive en el momento y nada más... extrapolar lo sentido, lo vivido, tratando de ponerlo en palabras lo "movido", lo bailado es como masturbarse sin muchas ganas...

Pues bien... a pesar de todo Julio, nunca me han gustado los puentes... sobre todo el puente Duarte que sabemos que está cayéndose a pedazos... los puentes metafísicos son otra cosa, aprendí de ellos al no quedarme fija en ningún lugar y poder estar... volver... venir... regresar... ahora ando con las ganas puestas en dejarme planear... las alas y las ilusiones están abiertas... las cartas echadas sobre la mesa... a veces pesa mucho la soledad a pesar de mi sonrisa, de esta tranquilidad que me espanta... las sillas aguardan, los platos y las copas también... es hora de llenarlas, es hora de recibrindarme... cerrando puertas, suturando heridas, abriendo puertas, abriendo el corazón... los pies firmes mientras la tierra se mueve imperceptiblemente, las placas tectónicas del alma me dirigen... el camino... el Tao...

"El mundo es redondo y cualquier lugar que pueda parecer el fin, es un principio", como nos invitara a bailar Sofía, desde mi otra casa, Buenos Aires, a movernos con esa frase, un homenaje a todo lo vivido en este año y lo que se avecina... hijos de lo incierto... confiando, respirando...

abriendo alas...

foto por florecita, Café Tortoni en Buenos Aires.