Luego de tanto joder, me llegó la respuesta... el tan sabido Carnaval de La Vega sería cancelado para largarme en casa de campaña con un grupo de amigos de mi hermana...la aventura estaría preñada entonces no sólo del lugar sino de la gente que en cierta forma era nueva, desconocida... ahí entonces nace la convivencia...El lugar Playa Rincón, una esquinita entre las dos punticas de la pata de cangrejo de Samaná, lejos del mundanal ruido y las bocinas, dándole al cuerpo y al alma un descansito de internet, evaluaciones, terapias y amigas en crisis... así luego del primer exámen parcial volar por los elevados de la Kennedy hasta la mansión de los Pérez Flores, haciendo el recorrido en tiempo record de 15 minutos oro... Tomar la carretera, con el sobris querido sobre las piernas, con una bachatica de fondo o par de "perreos"... ir por el camino, saludando a Miguelina, al Típico, y engullirme un sable de sanguche cortesía de la hermana... el viaje divino, laaaaaargo como la espera en un consultorio antes de un papanicolau, hermoso por las montañas que todavía gritan calladamente que son parte del paisaje... la belleza descubierta tras una ciudad de cemento, metros y dizque civilización... llegar al campamento en cuatro horas... montar la casa de campaña de fabricación argentina cortesía de los boludos amigos futbolistas... dejar la casa y tomar el bikinito, el de rayitas primero para entrar en la mar, que como siempre diría el poeta estaría siempre recomenzado... así los mensajes, el walkie talkie de mirar y obtener respuestas de cosas tan simples como las olas y su espuma, bañarme y cantar Alfonsina nuevamente, esta vez sin soledades y sí con muchas ganas de despejarme del cansancio y la rutina, y algunos otros malestares del virus que me traía de carrerita por aquellos días... Alfonsina y su mar, con el viento que la acompañaba caminando, sintiendo el ruido en sus oídos hasta parar, detenerse... y llegar al satori... detenerse y observar que no había ruido, que la dirección de sus pasos ayudaban al viento a sonar...ahí en el medio, detenida el silencio, la sonrisa entre sus cabellos y sus dientes no se hizo esperar... y lo chulo de esta sensación fue compartirla con lágrimas y los ojos, con una amiga tan real como lejana... La PureBeauty que ya debe de estar trayendo a su primera criatura al mundo, allá por París, envuelta entre los bhajans de Amma... así pasar el día hasta que la noche oscura, pero esta vez no del alma se hizo con nosotros, ver las estrellas nuevamente con el sabio y honorable sobrino Víctor, escuchar al mar juntos, desde la orilla, esperando pacientemente mientras pescaba él... la bóveda allá arriba de algún poema leído por Manuel del Cabral, que hoy 7 de marzo estaría de cumpleaños... así la noche, en la casa de campaña, con los sueños que la habrían convertido en pelota de fútbol americano, con los ronquidos de los vecinos que destilaban alcohol a cada berreo... al otro día levantarme de madrugada, con el rocío brillando a cada esquina, coger para el monte para dar del cuerpo, meditar a la salida del sol, So Hum y demás yerbas, caminar la playa entera hasta encontrar otros campamentos, bañarme nuevamente conmigo, mailando, haciendo contact improvisation con el mar... así dejar que el día surgiera, entre olas, comidas, y cursos de alquimia improvisados en la playa... ese fue mi fin de semana largo, lleno de colores, sabores, gente nueva, entre el viento y el mar y la montaña, el manantial fríiito que me quitaba el cansancio, con las luces de hace tiempo apagadas de tantas EDES... ahí vamos, posteando desde otra fecha... porque justo me salió Madrid, así que Europa allá vamos... eso ya esto lo escribo aparte... mientras Alfonso quedará complacido... las fotos en el CD de la hermanota.... aparte también en otra entrega...
3 comentarios:
Pero que rico el poder ser acaricidado por las olas del mar.
Interesante tu blog.
Un saludo.
El friíto siempre renueva y nos voltea como para comenzar de nuevo. Y lo más chulo es que nos invita a acurrucarnos por dentro, con nosotras mismas. Lindo.
PD: Las amigas en crisis somos nosotras?
Ustedes y muchas otras más...
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