Así bailando, aprovechando la ausencia de los niños de AISOS, el tiempo entonces para mí, la danza y el salón de los mil espejos...
Improvisar…crear a partir del momento, en este momento en que los quiebres y los caminos vuelven a ser retomados porque así lo pide la vida…bailar, respirar, desde la lentitud, con canciones que alguna vez evocaron recuerdos que todavía quedan… llegar a la rapidez, a la búsqueda, a la caminata impaciente, al ritmo quebrado, la impaciencia, la mirada difusa buscando perdida entre la multitud hasta llegar a la desesperación…demasiados caminos, tantas miradas, miles de espejos cruzados y ver la pared como un refugio para mi espalda… la necesidad de un sostén, poder buscarlo y tomar la pared y entregarme a ella, fundirme con su temperatura fría, con su silencio y recorrerla para sentir su fuerza como si fuera un árbol, como mis árboles de estos días… recorrer el salón desde mi espalda sostenida hasta encontrar la columna central, abrazarme, abrazarnos con los ojos cerrados y mirar nuevamente al espejo… encontrar el reflejo de una imagen que tranquila se vuelca en otros espejos del salón, ya sea un fragmento del todo o la Unidad… allí, con las raíces, en el mismo centro del Universo está mi paz… en este momento de encuentro con mi belleza y cómo la voy dejando repartida en otros lados… en otros rostros.. sentirme una con el espacio, fundida en este lugar, con esta misma danza sé, entonces, que no estoy sola.
1 comentario:
Me gustó mucho este escrito, y aunque no los he leido todos, sacaré el tiempo para hacerlo...valen la pena!
:)
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