viernes, septiembre 23, 2005

Hace días que deambulo en la Ciudad, el mundo por dentro, sintiendo en cada paso que doy que hay muchas historias que contar, yendo por las rutas cotidianas, sintiéndome mariposa, agarrada a este aire invisible que hace mover las velas encendidas de mi habitación, y todavía no es tiempo de vomitarlo...fueron muy locas las imagénes que tuve...Buenos Aires y toda una semana para andar como lamaga, deambulando entre las calles como una vez hice en París, encontrando rinconcitos llenos de gatos, pelos y viejos sin dientes, alguna que otro niña que sonreía en el medio del subte, así surge el teatro, los ojos que se abren como dientes postizos guardados en la mesita de noche ya por fin con un mantel, las nubes bien redondas diferentes, deambulando como brújula, partiendo desde un puerto conocido para saber que cada lugar es el lugar...
florecita, florecita, florecita, los poemas andan hirviendo en esta olla de aluminio, con riesgo de contaminación y futuro incierto, las noches largas de más de 12 horas, el orgasmo necesario lleno de risa y despedida, las amigas borrachas de tanto baile y llanto, brujas dichosas del siglo veintiuno trepadas sobre la mesa, pariéndole a la vida sus misterios, entregando en cuencos de madera polvo sagrado, cuánta fuerza de estas mujeres que como yo se andan buscando...
así va Buenos Aires dentro mío, sin definiciones ni lugares absolutos, con fronteras permeables y bocanadas de papel, entre sombrillas chinas envueltas con una luz muy tenue, ya no sé que escribo, tendría que bailarlo primero, dejar que tome forma el contenido o que el contenido se haga forma, no sé que pienso, es la misma sensación de andar por cualquier lugar con la cámara en el bolsillo, tan lindo el momento, tan hermoso, tan presente que no me lo puedo perder, y prefiero dejarlo en la memoria interna, total qué lo que saco en el papel no es lo que siento, tampoco lo que cuento es lo que siento, pasa por alguna parte y algo queda, la traducción no es suficiente es sentimiento, así prefiero que se quede este momento, puro egoísmo me dirán y no me importa.

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