Bitácora de la Mujer Maravilla, comenzando el 2005.
Bien, resulta que siempre se hacen rituales de fin de año, tirar lo viejo para darle espacio a todo lo nuevo que esté por venir, la limpieza de la casa, anotar los proyectos, los sueños y los deseos, desear el bien por toda la humanidad e ir repensando todo lo que le pasó en este tiempo de unos trescientos y pico de días... y así va ella, en esta última semana, entre agradecimientos profundos a una vida que le ha dado toda la fuerza necesaria para mantenerse en pie y seguir con su musiquita por dentro y con todo el cuerpo en movimiento... va terminando el año y con él reaparecen fantasmas que ya creía olvidados, y vuelve de nuevo a darse cuenta que uno no sabe cuando es que lo están pensando, vuelve a retomar ese pensamiento suyo de dejar ir las cosas, para descubrir que algunas tienen manías de olas y vuelven, vuelven, como el Balaguer de su país... la que en algún momento no vuelve es ella, a veces por la manía tan radical de no dar marcha atrás, “ni un paso atrá ni pá coge impulso”, también porque como le mandaron una vez en unos de esos fowards por el mail, sabe que lo menos que debe de tener la gente es ser solidaria, por lo menos humana, y no dejar que los demás sufran tanto, cuestión de una dignidad aprendida por las pérdidas, por el dolor... así los fantasmas aparecen, se les saluda y se les prende una velita, roja, amarilla y adiós chau, como diría la Estelita de su casa... el año entonces termina con recuerdos del pasado, gente que vuelve, pero la Mujer Maravilla anda conectada con el presente, el aquí ahora de la terapia cognitiva y de su trabajo espiritual parece que están dando resultado, conectándose a una CDE que la aterriza a cada momento, y es entonces cuando se acuerda de todo el afán del día, de las galletas que deberá hornear, del soufflé de batatas, que tenía que hacer inventando la receta, del cumpleaños del padre, de la penita de su madre que había amanecido con la cabeza dándole vueltas, y así con Horacio al mando llega hasta los kilómetros con mochilas que hasta un panticito rojo para la suerte llevaba y sin zapatos, descalza como en la playa para caminar, caminar, caminar...
La noche hace su entrada, luego de la casi docena de pastelitos que le habían hecho una arandela a su preciada cintura, ya habría tiempo de caminar, de bailar en el nuevo año, una jartura es siempre una jartura, además estos pastelitos son de vegetales y no engordan!!! Bueno, la cosa es que el año le brinda una leche de soya que toman unas bailarinas chinas, regalo de los sobrinos y pagados por el padre, la sorpresa, la contentura, la felicidad, coooño el año va tar bueno con regalos ya comenzando, así va la fiesta, con el éxito de la cena, la chercha con los vecinos, los sobrinos y una puerta fenomenal que hasta sirvió para bailar bachata, pasito palante, pasito patrá... la cava de la hermana que le alegró un chin más la risa más los merengues que escuchaba cuando tenía algunos 10 años e iba en la guagua con el Pego camino de la escuela... al otro día, la felicidad de no hacer nada y de recibir el helado con cherrie y todo, ummmm saberse nuevamente famosa porque estaba en la tv, haciendo payasadas, recordándose de que su vida no había sido nada más que eso gozar, hacer lo que le gustaba y que por eso le pagaban... hasta llegar a la playita, una diferente, con piedras y con pelos en su fondo, pero bueno... de todas formas el mar, imponente, azul y con brillantes, hacer el pacto, reunirse con las almas, con Neptuno y Alfonsina que estarían dando tumbos entre los delfines... la mar, y es que en el mar la vida es más sabrosa, saberse acompañada en el mar, pasarlo super bien entre sus yaniqueques y la brisita, el sol que estaba con un entra y sale, el pintalabios y la sombra que también le llegaron como regalo, simplemente agradeciendo la vida... saberse ahí sirena, Afrodita, con su bikinito y parte de la familia, saber que las cosas venían, a veces se iban, algunas se quedaban, que más da, caminar en esta vida, dejarse volar, bailar... agradeciendo esta Vida, este Universo y este Corazón, abriendo las puertas a esta nueva brecha que se abre...
Patricia Flores G.el 3 de enero del 2005.
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