viernes, junio 01, 2007

De la serie lo que voy creando... espacios...

Los días han estado nublados, las inundaciones en Santo Domingo me provocan vivir en Venecia, el pie derecho duele, un espolón que fue descubierto hace una semana, quince días de descanso, cero impactos en mi musculatura, cero sostener grandes pesos (dónde dejar los del alma), todas las mañanas comienzan a las 5.30 porque Estelita me despierta, llueve y hay escasez de agua en el país, el edificio optó por ser un caos en esta seman y miren que se llama El Cielo... anoche veía a una amiga, cenaba en el sillón de masajes, veía a la Vero tan grande y sabia con sus casi seis años... y las fotos de Ticolandia, aunque antes hubo imágenes de Brad Pitt hablando en francés... los espacios, los cuencos, el círculo por el que todo pasa... mientras las gotas, esas chiquitas, porque así me gusta mi mundo de miniaturas... las goticas dentro del agua luego del aguacero en el jardín... poder parar, poder ver, no tener que parar, no tener que ver... porque todo está latente, ahí circundando mi vida, llenando de olores, de experiencias, de futuros recuerdos... y a veces me canso... no sólo por todo lo que hay que joder para vivir independiente en un país en el que matan a una mujer cada 35 horas... y el reloj corre aunque Einstein me salva...

me salva y camino, camino, camino y es raro porque hay protagonistas que tienen el mismo nombre... El último instante de Franklin Domínguez y saber que sólo queda caminar... aunque en mi caso mi transporte favorito lleva alas, las escondo tras los rizos de mi larga cabellera, así volando, planeando bajito la encuentro y como la gran cronopia que se esconde bajo mi piel siento el verde que se mueve, tuc, tuc, tuc,tuc, el sapito revolotea... y espero... porque la paciencia es el premio a la paciencia como dijo San Agustín... esperar que la doña de alas de mantequilla se pose en las flores favoritas de la infancia... esas flores que recuerdan los años 70 en Miramar... lejos de todo, cerca del alma... y ella vuela mientras yo desciendo y espero... se posa y me regala su belleza, sus colores... y nuevamente me regala el espejo de mi vida... mariposita... mariposita... lágrimas de crecimiento... Buenos Aires... las chingonas...

No se nubla el corazón aunque el camino tenga niebla... porque así la vida, el Tao, poder sentir que tras de todo lo que no se ve, hay un todo que simplemente... que ES... así por estos días... el gran árbol que danzaba conmigo a la distancia para hacerme recordar, reevaluar... allá en el fondo el bajo fondo... las imágenes, el destello, los espacios... que es el espacio... lo que voy construyendo con mis formas... hay papeles que esperan por llegar, hay amores que aman, hay canciones del alma que me arrullan en las noches, hay lágrimas esperando por lavar mis mejillas... hay un todo... lleno de luces... dos palomas en el techo del vecino... pico a pico acicalándose... el sapito hoy quiere dormir... tener un espacio de silencio, de lluvia, mientras espera y sabe que todo simplemente...


Fotos por Florecita, Costa Rica, mayo de 2007.

2 comentarios:

Ginnette dijo...

Espero que mejore tu pie. Ah y con todas estas lluvias no hay que desear estar en Venecia, Venecia está aqui!!!

Anónimo dijo...

Que recuerdos mas intensos de Costa Rica; me encantó.
Mil abrazos