jueves, octubre 13, 2005

Ahora que soy danza movimiento terapeuta, mientras reviso mis apuntes de la formación me encuentro con cosas que voy a dejar caer por aquí, esto del 2004, a petición de Ernesto, mi profe de todo lo que tiene que ver con "grounding" y el uso del espacio con Laban y sus efforts, la dirección de grupos y su frase tan hermosa como cierta que una vez viví en carne propia en Ballet Concierto: "es que es tan fácil", siempre conmigo Ernesto, con tu risa, con tu mirada y con tu apoyo. Ahí les va mi ensayo...


SOBRE EL ESPACIO,
por Patricia Flores G.


Mi cuerpo, el lugar en que estoy y soy. Cierro los ojos y dentro está algo que nadie más puede tocar, la respiración con su vaivén me hace descubrir ese lugar infinito y cercano que soy. Estoy en ese lugar, y no siento que es el cascarón el que me devuelve la conciencia de pertenecer y ocupar un espacio. Mi cuerpo va conmigo, no se desprende y ocupa al igual que mis emociones y mis pensamientos el mismo lugar.

Así comienzan mis reflexiones sobre el espacio. A veces pienso que el espacio no es más que un estar en el mundo, un ocupar un lugar desde todas las coordenadas posibles: arriba, abajo, detrás, delante, un lado, el otro lado. Cómo entonces sentir el espacio si no hay un cuerpo, un punto de referencia que me sitúe como persona. El cuerpo el instrumento para recorrer el espacio, los espacios.

A través del cuerpo, de poder sentir tanto con los ojos abiertos como con los ojos cerrados, el poder guiarme con seguridad respondiendo a los estímulos que pueda encontrar en cualquier lugar: el piso, la temperatura, la mayor o menor claridad, la forma estructura del espacio, los obstáculos, la compañía o la soledad dentro del espacio... las vertientes son infinitas en cada paso recorrido se encuentran diferentes “espacios”, como ya dijo Heráclito: “uno no entra al mismo río dos veces”.

La ubicación dentro del espacio dependerá de amplios factores, todos unidos a la emoción, al recorrer y revivir lo que fue alguna vez nuestro primer encuentro con el espacio, nuestras primeras exploraciones y nuestras primeras vivencias a través de lo que buscamos y encontramos.

Por lo tanto, el espacio desde mi experiencia no es sólo un ente físico sino que va más lejos, se encuentra conectado a las vivencias, a lo que cada uno es y ha ido transformando de su historia personal.

Ahora pienso en el ritmo dentro del espacio, sobre todo en el ritmo de los otros, en cómo acomodar mis pasos a los pasos de los demás, porque hay veces en que no se puede obviar al otro, ya que hay encuentros dentro del espacio y vale la pena encontrarse, compartir, alejarse para volver a comenzar el ciclo. Hay momentos en que el espacio es muy personal, muy íntimo, con ojos cerrados para borrar la presencia extraña, en otras oportunidades los ojos se abren, los pasos se aceleran, la presión de las pisadas es más fuerte y a partir de ahí se abren los brazos buscando conectarse con el otro.

Aparece entonces el otro que también tiene su lugarcito interno, al que llegamos sólo cuando se nos permite, al que podemos acercarnos luego de hacer un rodeo, un juego de niños, las escondidas tal vez, el llamado juego del amor, esperando poder encontrar ser encontrado, los latidos cada vez más fuertes, la emoción cada vez mayor: el otro está, el otro estuvo esperando, así como nosotros a llenar los huecos del espacio, a crear lazos cual Anillo de Moebius en los que no se conoce el principio ni el final.

3 comentarios:

Mariana dijo...

Juro que vuelvo a leer tu ensayo.. por ahora un beso nomas...

Dotel dijo...

todo se mueve en un círculo: el espacio, el cuerpo, el espíritu, todo

Anónimo dijo...

Heyyyyyy!! Mi teacher distractil como se hace llamar se gano un 10...... un beso y no dejas de sorprendernos